Mientras la mayoría de los padres se preocupan por los primeros pasos o palabras del bebé, probablemente deberían prestar atención a algo completamente distinto: las bacterias intestinales de su bebé. Resulta que estos polizones microscópicos podrían determinar si su hijo desarrolla diabetes tipo 1. No es exactamente lo que esperabas preocuparte durante esas noches sin dormir, ¿verdad?
Los padres tienen una nueva preocupación: las bacterias intestinales de su bebé pueden determinar el riesgo futuro de diabetes.
La ciencia es fascinante. El microbioma intestinal del bebé —palabra elegante para ecosistema bacteriano— se desarrolla rápidamente después del nacimiento. Es como un Salvaje Oeste microbiano, con bacterias reclamando su territorio en el espacio intestinal. Algunas bacterias son los buenos. ¿Parasutterella y Eubacterium? Héroes con sombreros blancos, más comunes en niños sanos. ¿Porphyromonas? El villano, apareciendo más frecuentemente en niños con riesgo de diabetes.
¿Esos antibióticos que los médicos recetan tan casualmente? Es prácticamente como lanzar una bomba sobre esta civilización bacteriana en desarrollo. La investigación muestra que la exposición a antibióticos durante el primer año de vida puede disminuir significativamente el crecimiento de células productoras de insulina en el páncreas. No es de extrañar que los estudios muestren que la exposición a antibióticos aumenta el riesgo de diabetes. Quizás deberías pensarlo dos veces antes de exigir amoxicilina para cada resfriado.
La parte realmente asombrosa es que estas bacterias intestinales pueden predecir la diabetes tipo 1 hasta dos décadas antes del diagnóstico. ¡Veinte años! Imagina conocer el destino de salud de tu hijo mientras todavía usa pañales.
Los científicos que realizan el estudio ABIS (Todos los Bebés en el Sureste de Suecia) han estado siguiendo a niños desde la infancia, buscando estas señales de advertencia bacterianas. Han descubierto que todo se trata de equilibrio. Los niños sanos tienden a tener más Prevotella, mientras que aquellos con diabetes tienen Bacteroides dominando sus intestinos. Es una guerra territorial bacteriana con serias consecuencias.
Aún más intrigante es el descubrimiento de Candida dubliniensis, un hongo que realmente promueve el crecimiento de células beta productoras de insulina en animales de laboratorio. ¿Quién hubiera pensado que un hongo podría ser útil?
La conexión microbioma-diabetes representa una potencial revolución en la prevención. Los científicos ahora creen que manipular el microbioma intestinal podría prevenir la diabetes por completo. Olvídate de las inyecciones de insulina: el futuro podría ser examinar a los recién nacidos para detectar riesgo genético y monitorear sus bacterias intestinales desde el primer día.