Mientras millones de estadounidenses luchan diariamente contra la diabetes, las compañías farmacéuticas están ganando miles de millones. Los números no mienten: 38.4 millones de estadounidenses—11.6% de la población—tienen diabetes, y casi 9 millones don’t even know they have it. Increíble, ¿verdad?
Mientras tanto, las grandes farmacéuticas disfrutan de un flujo constante de dinero de pacientes desesperados que necesitan sus medicamentos para sobrevivir. La tasa anual de diagnóstico es asombrosa. Aproximadamente 1.2 millones de casos nuevos cada año. La diabetes no discrimina, pero tiene sus preferencias. Los estadounidenses mayores son los más afectados, con casi un tercio de los adultos mayores de 65 años viviendo con la enfermedad. Los hombres sufren más que las mujeres. Las minorías están en peor situación que los blancos.
Hablemos de dinero. ¿El costo de la diabetes para Estados Unidos? Una cifra astronómica de $412.9 mil millones solo en 2022. Eso es mil millones con «M». Los costos médicos para los diabéticos son 2.6 veces más altos que para las personas sanas. Más de una décima parte de todo el gasto en salud se destina a esta única enfermedad. Las compañías farmacéuticas no se quejan precisamente de este acuerdo. Las tasas de progresión de la prediabetes muestran que del 5-10% de los casos avanzan a diabetes completa anualmente.
El costo humano es aún más alto. La diabetes mata. Ciega. Lleva a insuficiencia renal y amputación de miembros. Se menciona en casi 400,000 certificados de defunción anualmente. ¿Calidad de vida? Severamente comprometida.
La diabetes no solo cuesta dinero—cuesta vidas, extremidades, visión y dignidad. Un asesino silencioso oculto a plena vista.
Mientras tanto, los precios de los medicamentos siguen subiendo. La insulina—un medicamento que existe desde hace un siglo—de alguna manera cuesta más cada año. Curioso cómo funciona esto. Las mismas compañías que desarrollan tratamientos «innovadores» también encuentran formas innovadoras de aumentar sus márgenes de ganancia. Entre los jóvenes, aproximadamente 352,000 estadounidenses menores de 20 años tienen diabetes diagnosticada, destacando una preocupación creciente para las generaciones futuras.
Las disparidades étnicas hacen que el panorama sea aún más sombrío. Los nativos americanos enfrentan una tasa de diabetes del 13.6%, con los estadounidenses negros e hispanos muy cerca. La geografía también importa. Tu código postal podría determinar tu riesgo de diabetes tanto como tus genes.
¿La amarga verdad? Millones sufren mientras las corporaciones se benefician. La detección temprana y el manejo adecuado pueden reducir las complicaciones, pero eso requiere acceso a atención médica asequible—algo que muchos estadounidenses todavía carecen. El sistema funciona perfectamente—solo que no para los pacientes.