Choose Health Over Fast Food

Los estadounidenses se enfrentan diariamente a la comida rápida. Está en todas partes. En cada esquina, atrayendo con promesas de conveniencia y economía. La llamada del autoservicio es difícil de resistir cuando corres entre el trabajo, la recogida escolar y la práctica de fútbol. Pero seamos realistas sobre lo que está sucediendo.

La comida rápida no es realmente barata. Eso es solo marketing inteligente. Cocinar en casa cuesta menos, punto. Pero cuando estás agotado después de un largo día, ¿quién quiere picar verduras? Así que pagamos el precio extra para que otros manejen nuestras comidas. Y vaya si las manejan—con sal, azúcar y grasa extra para mantenernos regresando. Los cambios en el estilo de vida pueden reducir tu riesgo de diabetes hasta en un 58% cuando eliges opciones de comida más saludables.

La «accesibilidad económica» de la comida rápida es solo una ilusión que aceptamos cuando la conveniencia supera nuestro mejor juicio.

¿Las consecuencias para la salud? Se están acumulando como autos en la fila del autoservicio. Vivir cerca de un restaurante de comida rápida aumenta el riesgo de obesidad en un 5.2%. Dos visitas semanales pueden duplicar tus probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Enfermedades cardíacas, derrame cerebral, depresión—todos vinculados a esas comidas convenientes que tomamos sin pensar.

¿Y nutricionalmente? Es básicamente un páramo con una guarnición de papas fritas.

Muchos estadounidenses creen que comer saludable es demasiado caro. No lo es. Otros dicen que no tienen tiempo. Es comprensible. Algunas personas literalmente no pueden acceder a alimentos frescos en sus vecindarios. Ese es un problema real que necesita resolverse. La investigación muestra que las personas en áreas con 10% más establecimientos de comida rápida tienen 20% más probabilidades de detenerse en uno, creando un ciclo dañino de alimentación poco saludable.

¿Qué ayuda? La información. Cuando los restaurantes marcan claramente las opciones más saludables y sus beneficios, la gente realmente las elige con más frecuencia. Los adultos jóvenes especialmente responden a este enfoque. Rodearte de mejores opciones de comida también importa—tener restaurantes saludables cerca puede duplicar la probabilidad de que tomes mejores decisiones.

Este Mes Nacional de la Nutrición, considera lo que tu familia realmente merece. La comida rápida no va a desaparecer, pero tampoco las consecuencias de depender de ella. La norma cultural de comer fuera constantemente es relativamente nueva. Podemos cambiarla.

Da un pequeño paso hoy. Casi el 83% de las familias come comida rápida al menos una vez por semana, mostrando cuán profundamente arraigados están estos hábitos en nuestra sociedad. Tu cuerpo te lo agradecerá. Eventualmente.

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